El
cambio.
Volver
a formar las culturas.
El
cambio se ha convertido en una actividad tan regular en el mundo de los
negocios, que las compañías que permanecen inmutables se vuelven repentinamente
sospechosas. Cuando la imagen de una organización empieza a fallar, un nuevo
director general o una reorganización importante significarán nuevas
iniciativas y energías. El cambio siempre amenaza una cultura, debido a las
barreras que la cultura opone al cambio, lograr un cambio efectivo, real y
duradero requiere mucho tiempo, es costoso, difícil y arriesgado; en resumen:
no siempre es buena idea. Un cambio en la organización o en la cultura, nos
referimos a cambios reales en el comportamiento de los empleados en toda la
organización. La mayoría de estos cambios significativos, comprenden esa clase
de transformación cultural, lograr el cambio de la cultura es la parte difícil,
cuando los gerentes toman el cambio en serio, deben reconocer que para lograrlo
tendrán que luchar con la cultura de sus compañías.
Cuándo
es necesario el cambio. La cultura es la barrera más importante para el cambio;
mientras más fuerte es la cultura, más difícil es cambiarla. El cambio muchas
veces es necesario para sobrevivir, y se pueden dar al menos 5 situaciones en
las que la alta gerencia debe considerar el cambio:
1. Cuando
el medio está sufriendo un cambio fundamental y la compañía ha estado siempre
fuertemente impulsada por sus valores.
2.
Cuando la industria es altamente competitiva
y el ambiente cambia rápidamente.
3.
Cuando la compañía es mediocre o peor que
eso.
4.
Cuando las compañía está verdaderamente en el
umbral de convertirse en una gran corporación, en un gigante corporativo tipo
Fortune-Escala 1000.
5. Cuando
las compañías crecen muy rápidamente.
El
aspecto económico del cambio. Para lograr siquiera la mitad del cambio que una
compañía intenta realizar, debe gastar el equivalente a una cantidad que oscila
entre 5 y 10% de su presupuesto anual en el personal cuyo comportamiento se
supone que va a cambiar.
La administración del
cambio.
El
propósito del cambio es la transformación cultural y el problema es cómo
hacerlo de modo más efectivo posible; el cambio cultural sigue siendo cuestión
de magia negra.
Reconozca que el consenso de
los colegas del grupo será la influencia principal en la aceptación del cambio
en la voluntad para aceptarlo. Se resisten al cambio solo
porque perturba el ritual y el orden de su vida, compartir es señal de
pertenecer a una cultura. Los procesos que forman un consenso, basados en esta
relación natural de vinculación con las personas iguales a nosotros, son una
forma importante de inducir el cambio en las organizaciones.
Comunique y enfatice la
confianza recíproca den todos los aspectos que se relacionen con el cambio,
especialmente la comunicación. La comunicación es mejor en
situaciones en que hay mucha confianza; la accesibilidad y la confianza en el
proceso de cambio influyen, pues, en si el cambio se realiza o no, y en la
forma de realizarse.
Considere el cambio como
formador de pericia y concéntrese en la capacitación como parte del proceso. Aún
cuando los empleados entiendan y acepten el cambio, con frecuencia no tienen
las habilidades y aptitudes para emprender el nuevo plan. Como el ejemplo que
menciona del vendedor que ascendieron por su aptitud para las ventas pero que a
final de cuentas no pudo con la responsabilidad del puesto.
Permita que haya tiempo
suficiente para que el cambio se cimiente. Un gerente que
intente hacer un cambio cultural, debe reflexionar en esto. Las personas necesitan
tiempo de adaptación al cambio.
Aliente a las personas a
adaptar la idea básica del cambio al mundo real que los rodea. Sea
flexible, el cambio cultural de más éxito es el que los empleados de la cultura
modifican y adaptan de mil maneras para dar cabida a las singulares
circunstancias que inciden en ellos todos los días. Querer administrar
demasiado un proceso para lograr el cambio cultural, casi seguramente le
impedirá el éxito. Consenso, confianza recíproca, formación de pericia,
paciencia y flexibilidad, son sugerencias para lograr que se cimiente el
cambio. Los gerentes también necesitan percibir cómo deben volver a moldear los
anteriores patrones culturales, ponen la cultura como centro de su agenda y de
su conciencia y no en la categoría de las cosas que se hacen. El primer paso es
comenzar a hablar de esa cultura, es decisivo que los altos gerentes se
cercioren de que los gerentes medios comprendan los objetivos culturales;
invierten un porcentaje muy alto de su tiempo comunicándose con tanta gente de
la organización como sea posible. A las personas les interesa aquello que los
demás dicen parecerles valioso, pero sólo se convencen con aquello que los
demás hacen. Para forjar una cultura vigorosa en una organización, un gerente
comunica implícitamente los valores básicos y los inculca en los empleados a
través de actos cotidianos. Los gerentes tienen que estar continuamente en
guardia respecto a la precipitación cultural de sus actos rutinarios,
desarrollan algo que se acerca a una rutina de premios, es decir, buscan
activamente formas de proporcionar encomio frecuente y ostensible o cualquier
tipo de reconocimiento, para compensar hasta la más modesta aportación al
servicio de los valores importantes.
Reconocer una amenaza real
proveniente del exterior. Para que realmente se inicien los
cambios culturales importantes, se necesita algo más que un héroe, se requiere
una buena razón para montar el cambio. El cambio cultural es necesario sólo
cuando una cultura no corresponde a su ambiente y aún entonces es difícil.
Proporcionar entrenamiento
de transición sobre los nuevos valores y pautas de comportamiento. La
planeación, contratación y administración de nuevos proyectos tocan a muchas
personas en la organización diariamente.
Traer “hechiceros” de fuera. Al
tender un puente entre una cultura organizacional y otra, los asesores externos
traen consigo su propia magia; ayudan a proporcionar pararrayos para diluir el
conflicto.
Conclusión.
Como
hemos visto, realizar un cambio en las culturas resulta costoso, desgastante y
arriesgado, pues realizar cambios en la cultura y sobre todo en las que están
más arraigadas, corren el riesgo de traer decepciones en lugar de éxito. Todo
depende del buen manejo que le den los héroes, los gerentes y los propios empleados,
se debe trabajar en conjunto para que se lleven a cabo estos cambios y resulten
con éxito.
También
es importante analizar si los cambios en realidad son necesarios o si sólo se
harán por simple capricho, en este capítulo vimos varios puntos a considerar
para empezar a realizar cambios, de lo contrario podría ser perjudicial para
las empresas si no se realizan por ser necesarios.
Mariana Camargo Montoya 8552
8vo. Comunicación Social
Universidad de Celaya
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