John
D. Rockefeller
El
secreto de Rockefeller: Desde muy joven descubrió que el dinero bien utilizado
genera capital, y se empeñó en buscar su oportunidad. Disciplina, organización
y una férrea energía fueron algunos de los rasgos de quien llegó a ser uno de
los hombres más poderosos del mundo, para quien hacer dinero era un talento
natural.
Desde
muy joven John D. Rockefeller manifestó su talento para las transacciones
financieras. Instalado con su familia en Cleveland, hacia 1853, vendía a sus
compañeros de escuela piedras de colores y formas diferentes y los mínimos
ingresos que devengaban estas ventas los fue acumulando en un tazón de loza
azul, su "primera caja fuerte" según sus propias palabras. No
transcurrió mucho tiempo hasta encontrarse con la bonita suma de 50 dólares,
los que determinarían la futura orientación del muchachito.
'Disciplina, orden y un registro fiel del debe y el
haber' fue desde entonces el código de su vida
En 1872, junto con dos de los más importantes
refinadores de Pittsburg y Filadelfia, pudieron manejar a su antojo las tarifas
con los ferrocarriles. En tres meses, Rockefeller había comprado 22 de las 25
refinerías de Cleveland. La Standard Oil refinaba un cuarto de toda la
producción de petróleo del país. Eliminada paso a paso la competencia, la
Standard Oil se convirtió en un poderoso trust, que refinaba el 95% de la
capacidad total del país. Su equipo directivo estaba formado por un conjunto de
los más capaces financistas del país. Todos eran millonarios. Para Rockefeller,
la elección del personal siempre había sido un ingrediente importantísimo;
elegía a los más capaces y entusiastas.
Como vemos era una persona muy dedicada, organizada y
disciplinada, desde pequeño buscaba y veía oportunidades en cualquier cosa,
hacia un plan, un proyecto y lo llevaba al éxito, es un excelente ejemplo de
perseverancia. Además de ser una persona muy inteligente también era sensible y
caritativo con las asociaciones a las que siempre ayudó.
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