Los gerentes simbólicos
La lectura se refiere a aquellos ejemplos de líderes que
llevan la cultura organizacional a la mayor de sus expresiones, a ser una
referencia para los procesos que se viven dentro de una organización así como a
ser ejemplo de un referente de la cultura organizacional. Llamados gerentes
simbólicos son aquellos que viven bajo ciertas características que promueven la
cultura organizacional. Algunas de sus atribuciones las mencionaré a
continuación.
Entre las principales características de un gerente
simbólico está la de ser sensible a la cultura de la organización así como
considerarla la clave del éxito de una empresa. Un gerente simbólico vive para
expresar, ser sensible y fomentar la cultura organizacional, la lleva a cada
uno de los empleados y la impregna en cada uno de los sistemas y procesos de la
empresa.
Otra de las características de un gerente simbólico es la
confianza que profesa a todos los empleados de la organización, fomentando la
delegación de las responsabilidades siempre bajo los lineamientos que marcan
los valores de empresa. Un gerente simbólico confía plenamente en la capacidad
de dejar a su empleados tomar decisiones y ser representantes de la cultura
empresarial, liderándolos para que ellos propongan soluciones y sean ellos
mismos quienes crean y vivan una cultura organizacional.
En comparación a la práctica moderna, en donde existen
gerentes que no se preocupan por fomentar la cultura organizacional sino en la
efectividad y productividad de la empresa; existen elementos que difieren de lo
que un gerente simbólico fomentaría. Por ejemplo, para un gerente convencional
lo primordial es ser líder y encargarse de que el objetivo de la empresa se
cumpla, a través de los procesos establecidos guía a los empleados a encaminarse
a una forma de trabajo establecida, resuelve el mismo los problemas y se
preocupa por la efectividad de la empresa. Un gerente simbólico tiene, de igual
manera que uno convencional, como meta lograr que la empresa prospere, son
embargo, su método es diferente ya que su prioridad es vivir la cultura
organizacional, preocuparse por los empleados y por hacer de la organización un
ambiente en donde conviven seres humanos por un bien común, buscando el
bienestar de todos sus integrantes.
En diferentes casos específicos, existe una manera distinta
de cómo se comportaría un gerente convencional, a diferencia de uno simbólico.
Si tomamos por ejemplo, el caso de los despidos, en una organización que cuenta
con un gerente convencional, sería probable que la responsabilidad de despedir
a algún empleados fuera tomada por el mismo, y seguiría de igual manera un
protocolo ya establecido para despedir a algún empleado. En una organización
que cuenta con un gerente simbólico dicha situación no se resolvería de una manera
tan sencilla, empezando por el hecho de un despido no debería estar ocurriendo,
a menos que sea incluso responsabilidad del mismo gerente quien no ha sabido
inculcar de manera apropiada la cultura organizacional, y la única razón para
un despido podría ser el hecho de violar alguna norma establecida por los
valores de la empresa.
Para ser un gerente simbólico exitoso, existen diferentes
claves, la principal de ellas es vivir con la cultura, trabajar cada proceso
regido bajo esa cultura y ver como el principal de sus problemas buscar
fomentar los valores de la empresa en sus empleados. Los gerentes simbólicos se
enfocan en los procesos de la empresa, utilizándolos para solucionar los
problemas y en transmitir así los mensajes de la cultura.
Dentro de las organizaciones existen dentro de la misma
cultura organizacional pequeñas subculturas, las cuales son formadas por
pequeños grupos de personas con características en común. Éstas pueden ser
formadas por los departamentos de la empresa, por personas del mismo nivel de
escolaridad o socioeconómico o incluso por el sexo. Un gerente simbólico debe
tomar en cuenta que estas pequeñas subculturas forman parte esencial de la
empresa ya que éstas son capaces de moldear las creencias y determinar
comportamientos.
La formación de estas subculturas dentro de un ambiente
cultural débil pueden resultar nocivas, ya que en una empresa en donde no se
viva una cultura organizacional establecida, se corre el riesgo de que las
pequeñas subculturas puedan opacarla e imponer su propia cultura, en contra de
los valores que sigue una empresa de sus orígenes. Si por el contrario, la
cultura organizacional es fuerte y bien establecida, las pequeñas subculturas
ayudan a la empresa a crear innovaciones que luego la encaminen a nuevos procesos
y al éxito.
Respecto a lo que la cultura nos enseña sobre los gerentes
simbólicos me parece que de nuevo se enfoca en concentrar la energía y atención
del ambiente organizacional en un enfoque humanista, que se preocupe por la
cultura de la empresa y el bienestar de sus empleados, en lugar de buscar únicamente
la efectividad pronta y la recuperación de inversiones dejando de lado el
desarrollo humano. Estoy de acuerdo con las prácticas que sugiere la lectura
tenga un gerente simbólico, que seguramente mejorarían el ambiente
organizacional y a la larga determinarían
la efectividad de una organización.
Sandra Macías
Sandra Macías
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