Los gerentes simbólicos.
Administración de la cultura.
Los gerentes simbólicos son los que se
encargan de moldear la cultura vigorosa de las compañías piensan en los
valores, héroes y rituales de la
cultura.
Existen diversos factores que los
distinguen por ejemplo:
Son
sensibles a la cultura y a su importancia para el éxito a largo plazo, se
refiere a que todo el tiempo están reforzando la cultura de la organización en
todo momento.
Tienen
un nivel más alto de confianza en sus compañeros empleados y confían en estos
correligionarios culturales para
asegurar el éxito, ellos sustentan el éxito en quienes los
rodean, asumen un alto grado de responsabilidad, refuerzan las creencias.
Se
consideran personajes, autores de guiones, actores y directores en el drama
cotidiano de los asuntos de la compañía, se considera que ningún actor dentro
de la trama que se vive día a día dentro de la compañía es pequeño, todo lo que
pasa es una gran escena que necesita ser revisada.
En cuanto a toma de decisiones estratégicas, los altos gerentes contratan
consultores externos para que realicen los análisis definitivos, el gerente
simbólico delega las decisiones en otro miembro de la cultura, algunas veces
establecen un comité de gobierno integrado por cinco ejecutivos muy respetados,
de la compañía ya jubilados.
En el control de costos, un gerente simbólico dedicaría su tiempo
personal a las funciones en que estuvieran subiendo los costos, para entender
plenamente cuales eran los costos; delegaría la responsabilidad específica de
la reducción de costos y la fijación de metas en los miembros de la cultura,
los empleados que están precisamente en el lugar de los hechos. Tienen muy
buena y detallada comprensión de la cultura y del papel que desempeñan en ella
y tienen el valor de vivir según sus convicciones.
Vivir
con la cultura. En el caso de un nuevo producto importante cuyas ventas no se
están realizando según lo pronosticado, su reacción estaría hecha de acuerdo a
las normas de cultura, el gerente simbólico debe estar muy consciente de
reforzar rápidamente el mensaje y conocer bastante bien su propia cultura.
Los
gerentes machos apoyan a las estrellas. En situaciones de enfrentamientos o
diferencias entre las estrellas, los gerentes simbólicos se limitan a permitir
que cada uno vaya a encontrar la solución en su propia dirección, al
estimularlos a correr riesgos, él o ella están reafirmando la cultura. La labor
del gerente es forzar al grupo a llegar a un consenso, cuando todos conocen los
valores están dispuestos a aceptar la derrota si esta llega a pasar.
Los gerentes trabajadores-jugadores aprovechan el ritmo frenético.
Un buen gerente simbólico es un implacable y activo conductor del grupo que
soluciona los problemas, hace muchas preguntas indagatorias para tener la
seguridad de que se tomen en cuenta los datos correctos. “Es nuestra energía y
nuestro esfuerzo conjunto lo que hace que la máquina marche”.
Los apostadores se aseguran que todas las bases estén cubiertas. Un
buen gerente simbólico, presentará un informe detallado de cómo resolver el
problema, instrumenta esta forma de abordar la situación del problema del grupo
especializado de tarea para reforzar el sentido de deliberación en el proceso
de toma de decisiones. “Lo vamos a hacer bien porque no podemos correr el riesgo
de cometer un error”.
Los gerentes de la cultura del proceso administran a través del
procedimiento. Un buen gerente de una cultura de proceso cultivará muchos
contactos externos para tener la certeza de conocer bien los problemas con
tiempo suficiente, para resolverlos, la solución adoptada se convertirá en
nuevo proceso, el gerente se mostrará muy paciente mientras el nuevo
procedimiento surge efecto.
La obtención de la atención de la cultura. Un buen gerente
simbólico decidirá deliberadamente salirse de la cultura cuando reconoce que
una debilidad de esa cultura puede provocarle problemas serios, se fijará como
objetivo la elaboración de un plan para lograr que la atención de la cultura se
enfoque sobre el suceso. En una cultura
de proceso es útil sacar del proceso normal a los actores clave y colocarlos en
un cargo de tiempo completo para que busquen la solución del problema.
El trabajo con grupos de personas: las subculturas y las cábalas. Siempre
que los empleados compartan valores comunes, lo más probable es que cada
cultura pueda lograr una amistosa y efectiva solución del problema. Todas las
compañías tienen subculturas, particularizan los aspectos especiales del
ambiente del negocio; cada uno tiene su propio ambiente pertinente y su propio
panorama del mundo, si la cultura general de la empresa no es vigorosa, las
guerras culturales pueden casi paralizar la productividad. En una compañía de cultura
vigorosa, los subgrupos, no causan problemas porque los valores y creencias
generales son muy fuertes. Lograr el equilibrio de las diferencias legítimas
que existen entre las subculturas y la cultura corporativa en conjunto, es una
de las labores más arduas del gerente simbólico.
Estimular a cada subcultura para enriquecer su propia vida cultural.
En lugar de temer que las subculturas se disgreguen, un gerente simbólico
tratará de fortalecer cada una de ellas como una cábala efectiva dentro de la
cultura general.
Esforzarse por que las subculturas y las cábalas comprendan los
problemas de otros. Una estrategia típica de un gerente simbólico, es la de
asignar equipos sacados de cada una de las subculturas que están en conflicto.
Indicar cómo se enriquece más la cultura general con la fuerza de la
subcultura. El gerente simbólico hará un especial esfuerzo por indicar como
cada subcultura aporta fuerzas y valores singulares a la cultura general.
El valor de un gerente simbólico. Tienen el valor necesario para
poner en práctica sus convicciones e igualmente el valor que les comunica su
confianza en las personas que los rodean. Es difícil, se requiere valor y
compromiso con los valores de la cultura. La dificultad de manejar la cultura
palidece, sin embargo, en comparación con los problemas inherentes a otros cambios culturales.
Como conclusión, podemos observar
la importancia que tienen los gerentes simbólicos, pues gracias a ellos la
cultura organizacional de cada empresa o compañía va adquiriendo importancia,
tradición y seriedad. Son ellos quienes tienen las bases y las herramientas
para asegurarse que los procesos dentro de cada empresa se sigan, evitando
discusiones, dando prioridad a la calidad humana, son ellos quienes refuerzan
los valores, las tradiciones, costumbres que logran hacer un equilibrio entre
las culturas y subculturas que encontramos en cada empresa.
Los gerentes simbólicos son fundamentales
en la resolución de problemas o conflictos, pues gracias a su capacidad de
análisis y confianza entre sus mismos compañeros, aprenden y realizan
actividades que ayudan al desarrollo de la compañía, guían a los colaboradores
a llevar un desempeño que sea optimo y benéfico para la empresa, para los
compañeros y para ellos mismos, ayudándolos a la resolución de conflictos.
Un gerente simbólico tiene gran
responsabilidad, compromiso, confianza y análisis dentro de cada empresa.
Mariana Camargo Montoya 8552
Comunicación Social
Universidad de Celaya
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